farmacovigilancia y la tecnovigilancia

La farmacovigilancia y la tecnovigilancia son dos temas estrechamente relacionados que han ganado una mayor atención en los últimos años, especialmente ahora por la creciente importancia de los productos sanitarios a raíz de la coyuntura pandémica por la Covid-19. Una se centra en la detección, evaluación, comprensión y prevención de los efectos adversos del uso de los medicamentos. El otro en cambio, de los eventos o incidentes surgidos por la manipulación de dispositivos médicos. ¿Qué decir de su trasfondo social?

Los mejores servicios de vigilancia

Antes que nada, empezaremos por conocer cuál es la naturaleza individual de cada servicio. Conocida por ser una rama de la farmacología, la farmacovigilancia se entiende como un conjunto de actividades que implican al desarrollo de medicamentos, su vigilancia posterior y la investigación farmacológica para controlar la seguridad tanto en su uso clínico como en la exposición ambiental. Garantizando así no solo el adecuado tratamiento de los insumos en manos de la ciudadanía, sino también el cuidado del medio ambiente. 

En cuanto a la tecnovigilancia, es un subcampo de la informática médica que por lo general suele ser algo complicado de definir. No obstante, la mejor forma de entenderlo es viéndolo como una manera de evitar todo tipo de eventos adversos (entiéndase por daños no intencionados al paciente) en el que se encuentren involucrados los dispositivos o herramientas de uso médico. Esta característica vuelve, tanto a la farmacovigilancia y tecnovigilancia, en las mejores prestaciones que una consultora puede ofrecerles a las empresas que trabajen con productos alimenticios, farmacéuticos o cosméticos. 

Importantes para las soluciones médicas

Cuando hablamos de soluciones médicas, hacemos referencia al conjunto de actividades o servicios realizados por diversas entidades para vigilar y controlar todo tipo de alertas sanitarias que puedan surgir de forma inesperada y representar una amenaza para la sociedad. Van desde: sistemas de regulación, representación normativa, inteligencia y gestión de la calidad frente a enfermedades, farmacovigilancia y tecnovigilancia. Ambos puntos finales son los que juegan un papel central dentro de dichas soluciones.

Prevención y respuesta 

¿A qué se debe su importancia? La pregunta se responde por sí sola: porque es ahí donde las entidades sanitarias ejecutan las acciones para minimizar o incluso erradicar el impacto de los eventos adversos causados por el consumo de medicamentos y malos manejos de dispositivos médicos. Por lo que es esencial tener la información eficaz tanto sobre el uso clínico de sus materias de observación para tener una respuesta anticipada en el menor tiempo posible y mitigar posibles daños.

¿En qué se diferencian? 

Ya con las definiciones claras, la farmacovigilancia y tecnovigilancia podrán parecer muy similares en concepto y ejecución. Sin embargo, manejan diferencias importantes que las vuelven vitales dentro de sus respectivos campos de estudio. El ejemplo más claro (y que de hecho ya mencionamos), es que uno se centra en identificar problemas, soluciones y respuestas ligadas a productos farmacéuticos. Por el contrario, la tecnovigilancia se asocia más al mismo análisis, pero de los dispositivos usados por el personal médico. 

– La farmacovigilancia es una actividad de salud pública y la tecnovigilancia, privada.

– El primero tiene una visión general, viendo los riesgos dentro de una población de pacientes mientras que el segundo se centra en un dispositivo individual.

– La farmacovigilancia puede considerarse proactiva en el sentido de que intenta identificar los problemas antes de que se comuniquen.

– Tecnovigilancia siempre responde a las preocupaciones de los consumidores, aunque todavía no estén respaldadas por pruebas científicas.

Contexto en el Perú

Viendo que la farmacovigilancia es un servicio al que, de hecho, ya hemos dedicado un artículo completo en nuestra página web: Farmacovigilancia En Perú: ¿Necesaria Para La Industria?, ampliamos los conocimientos relacionados con la tecnovigilancia y su contexto post pandemia en el Perú. Y no hay mejor forma que empezar que lanzando una pregunta al aire: ¿Qué era lo que tanto necesitaba el país durante los primeros meses del 2020? Pues dispositivos médicos para contrarrestar los efectos de la Covid-19. 

Pero estas incidencias no son problema de ahora. De hecho, desde el año 2014 se estableció según Decreto Supremo Nº 013-2014-SA que, tanto la farmacovigilancia y tecnovigilancia debían de formar parte integral del sistema de Referencia Regional para las provincias peruanas. Esto, con el fin de que se integrasen a los sistemas de salud para que existiera un mejor control de las amenazas tanto farmacéuticas como de productos sanitarios. De esta manera, se tuvo un reporte mucho más preciso de sus incidencias. Por ejemplo, solo en el periodo enero-setiembre del 2017 se encontró: 

  • 50 notificaciones hechas por médicos de hospital ante supuestas reacciones adversas de medicamentos (RAM).
  • 66 notificaciones hechas por profesionales técnicos farmacéuticos. 
  • 15 notificaciones hechas por licenciadas en enfermería. 
  • Una traducción total del 74% de notificaciones RAM catalogadas como “probables”.
  • 10% de notificaciones RAM como “posibles”. 
  • 6.73% de notificaciones RAM como definidas. 

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SCR Consultores

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